Nada mejor que decir adiós a una maestra que con presentes hechos por sus propios alumnos, donde se observa una notoria dedicación. Por este motivo es que los pequeños armaron un libro con muchas páginas, en el cual podían verse algunos recuerdos compartidos en fotografías. Todo esto quedó ornamentado con dibujos y frases que demostraban un intenso cariño.

La jornada del 30 de septiembre culminó con un sabroso agasajo con snacks y torta de chocolate.