Alumnos de 2º año del secundario se pusieron en el lugar de personas con reducción motriz y visual. Fue mediante un taller realizado el 8 de junio, que proponía desplazarse en sillas de ruedas, bastones blancos y tapa ojos.

En compañía de la docente de la cátedra “Construcción de la ciudadanía”, Sra. Alicia Castro, los estudiantes desarrollaron junto a CILSA una nueva actividad. Esta vez, tras haber conversado sobre la accesibilidad y las barreras arquitectónicas presentes en todas las ciudades, los jóvenes recorrieron las instalaciones de su escuela con los mencionados elementos. Los mismos, cabe destacar, les permitieron experimentar las sensaciones de aquellas personas con discapacidad motriz y visual, como el caso de quienes se manejan con sillas u otros elementos ortopédicos y quienes poseen ceguera o disminución visual y precisan bastones para ello.

Pero además, los participantes midieron el nivel de accesibilidad de su establecimiento: subieron y bajaron escaleras en compañía de otro, atravesaron un circuito con los ojos vendados y vivenciaron la amplitud de los pasillos, al momento de manejarse son sillas de ruedas.

Posteriormente, en el marco de un espacio de reflexión, debatieron sobre la necesidad de un diseño universal accesible para todas las instalaciones, servicios y productos de su ciudad de residencia.