El intenso calor de la mañana del 20 de diciembre no impidió a ningún beneficiario y su familia llegar a las instalaciones del espacio anfitrión para tomar contacto con las sillas de ruedas y los elementos ortopédicos que habían pedido a CILSA días antes, con los objetivos de facilitar su desplazamiento o mejorarlo, alcanzar una mayor independencia y/o retomar o comenzar a distintas actividades.

La última entrega del año dio comienzo con un refrigerio y agasajo, cortesía de la Fundación del Tucumán, y con las palabras de bienvenida de la coordinadora regional de Programas Sociales Ana Capmany, referidas a cómo cuidar las unidades donadas y la salud de sus ocupantes, para luego compartir una reflexión sobre la labor desarrollada durante el año, destacado, en este contexto, la cantidad de personas que desde hace un tiempo contaban con una silla nueva.

La actividad culminó con una fotografía grupal y el deseo de un próspero y venturoso año.