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13 de mayo de 2016

Palabras de la Comisión Directiva

A la orilla de la costera laguna Setúbal de la ciudad de Santa Fe, con ilusiones, ideas y sueños llevados a la realidad nació el entonces Club Integral de Lisiados Santafesinos (CILSA). Se trataba de un grupo de jóvenes auto convocados que compartían una discapacidad, quienes se encontraron habitualmente en el Hospital de Rehabilitación “Carlos Vera Candioti” y que, con iniciativa optimista, realizaron su primera asamblea de fundación.

La meta era ser deportistas; la apuesta, lograrlo en todo el ámbito del territorio nacional. Debían enfrentar un desafío, único e irrepetible, que cambiaría el rumbo de sus vidas y dejaría esa marca registrada del “sí se puede”.

Algunos de esos jóvenes fueron Juan Leonardo “Cuqui” Vega, quien años más tarde se convertiría en el primer presidente de la Organización, una persona visionaria y artífice de este camino solidario y del bien común que en todos estos años caracterizó a CILSA; Héctor “Gringo” Leurino, un gran atleta, élite como jugador de básquet sobre silla de ruedas y formado en valores, quien fue mentor de otros cientos de deportistas; y Juan Luis Costantini, un modelo a seguir en la cancha y por fuera de ella, relator de historias y anécdotas, quien también ocupó la presidencia de CILSA en dos oportunidades.

En verdad, muchas más personas acompañaron el trabajo incansable para forjar el proyecto de una sociedad inclusiva, cambiando con su actitud la vida de innumerables personas con discapacidad.

Sin cuenta, resultan innumerables las competencias deportivas disputadas, las acciones solidarias desarrolladas, los beneficiarios alcanzados, los alumnos concientizados, los cursos y talleres para hablar sobre inclusión, los voluntarios comprometidos, los dirigentes que pasaron por la Organización y los empleados que forman parte de la familia de CILSA.

Sin cuenta. Imposible contar los Amigos en Solidaridad que estuvieron junto a las familias que recibieron elementos ortopédicos; los que están hoy y los que vendrán en un futuro, todos unidos para mejorar la calidad de vida de sectores vulnerables y en situación de discapacidad.

Esos granitos de arena, que hacen posible restablecer los valores humanos, son los que nos permiten trabajar por un futuro mejor, por el camino correcto. Gracias infinitas a todas aquellas personas que hicieron posible cumplir 50 años de inclusión social.

La Comisión Directiva

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