Jorge Villalba tiene 15 años. Vive en Pontevedra (Provincia de Buenos Aires) y es el segundo de sus cuatro hermanos. Una mal formación congénita le impidió el desarrollo de sus dos miembros inferiores. El único sustento económico que tiene la familia, es la pensión por discapacidad de Jorge.
De un barrio humilde, donde las calles son de tierra, todos los días se traslada al colegio con la silla de ruedas otorgada por CILSA. Tres años atrás, una persona que circulaba por la calle, lo invitó a participar de la Escuela de Iniciación Deportiva de Básquet sobre silla de ruedas que la ONG tiene en el Polideportivo Gorki Grana de Morón. Automáticamente, mostró interés por conocer cómo era la disciplina y el primer día que se sentó a una silla deportiva, sintió que podía realizar nuevos y mejores movimientos a mayor velocidad.
El 3 de agosto, en el Mobility Shop de Ottobock recibió una silla deportiva propia para entrenar. Jugar al básquet le representa entusiasmo y alegría. Tal es así que quiere llegar a ser integrante del plantel de Primera División de CILSA Buenos Aires y también de la Selección. Desea seguir estudiando, terminar el secundario y algún día hacer la carrera de veterinario. Demuestra constantemente que no existen obstáculos para alcanzar sus metas. Siempre ayuda en su casa, educando a sus hermanitos y esforzándose en el colegio. Ganas, compromiso y sueños es lo que le sobra a Jorge.