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30 de octubre de 2020

“Todo el mundo opinaba que Clerc era mejor que Vilas”            

Fernando Dalla Fontana fue uno de los tenistas que provocó aquella revolución en los ’70. Cuando Vilas brillaba en el circuito, los juveniles (con él y Clerc a la cabeza) ganaban la Copa Galea. 

 

Fue uno de los mejores en un momento en el que el tenis empezaba a convertirse en un deporte popular gracias a Guillermo Vilas. Aquella victoria en el Master de 1974 y ese 1977 impresionante de Vilas agigantó la inclinación por el tenis en nuestro país.

Pero en ese momento en el que, entre otros, brillaban Borg, Connors, Nastase o McEnroe, también aparecían dos jovencitos que fueron parte de la obtención de la Copa Galea a manos de la Francia de Yannick Noah: José Luis Clerc y Fernando Dalla Fontana.

Ellos dos más Alejandro Gattiker, con la conducción técnica del inolvidable Patricio Rodríguez, un chileno con alma de maestro, consiguieron afirmar lo que Vilas estaba logrando en mayores. Fueron campeones y terciaron en un ambiente en el que Vilas y Ricardo Cano tenían la responsabilidad de representar al país en la Copa Davis.

A los 62 años, Dalla Fontana despunta el vicio de enseñar tenis en su Santa Fe natal. Fue un trotamundos, estuvo cuatro años en Italia cuando ya el ser jugador había pasado a la historia (tuvo una hernia de disco que lo obligó a abandonar), pero no cree que haya llegado el momento del reposo. El alma de jugador sigue intacto. Y los recuerdos también.

¿Cuándo te diste cuenta de que podías llegar a la cima o por lo menos tenías con qué intentarlo?

Cuando ganamos la Copa Galea, o cuando teniendo seis años menos que Vilas, lo enfrentaba y perdía 6-3, 6-3, o sea ahí nomás, haciéndole “partido”. Me acuerdo que Vilas me decía: “vos jugás muy bien, pero a mí no me ganes”.

¿Y Clerc?

Nos crearon una rivalidad. En realidad, había rivalidad. Una vez nos hicieron jugar un lunes a la mañana en el Buenos Aires Lawn Tenis cuando no había nadie para definir quién iba a ser el cuarto integrante de la Davis. Y le gané. Tiempo después, él se tomó revancha en Florencia. Me ganó en cuartos de final y me dejó afuera de ese torneo, que era muy importante.

¿Y quién era mejor, Vilas o Clerc?

Todo el mundo decía que el mejor era Clerc. ¡Y yo también! La pelotita venía a una velocidad tremenda cuando le pegaba José Luis. Era difícil jugar contra él. Guillermo las corría a todas. Tenía mucho sacrificio.

Y el objetivo entre ceja y ceja de ser el número uno…

Yo también lo tuve. Cuando entrenaba, soñaba con ser el número uno, me preparaba para eso.

Así que te hicieron jugar un partido con Clerc para ver quién iba a la Davis…

Sí, claro. Y con Julián Ganzábal también. Con respecto a este segundo partido, me acuerdo que en la tribuna estaba la gente del Buenos Aires Lawn Tenis y los del Argentino, porque representábamos a esos clubes con Ganzábal. Ese día me propuse no mirar a la gente. Me concentré en la pelotita y cuando terminaba el punto, lo único que hacía era mirarme los cordones de las zapatillas.

¿Y qué pasó?

¡Le gané! Otro lindo recuerdo fue cuando integré el equipo del Buenos Aires Lawn Tenis en una especie de Mundial interclubes. Se jugaban nueve partidos. Salimos campeones ganándole a un equipo de Checoslovaquia en el que jugaba Lendl. Me acuerdo que Vilas estaba tan contento que nos invitó a cenar a todos después de esa final.

Se dice que el tenista, por ser un deporte individual, se vuelve egocéntrico…

En parte es así, no reniego de eso. Yo sufría cuando jugaba al tenis. Sentía que tenía toda la presión encima, que tenía que ganar sí o sí. Eso no es bueno. No disfrutaba. Soy más feliz ahora que cuando jugaba al tenis.

Vos decís que los tenistas de hoy tampoco gozan…

Te puedo asegurar que no. Pero eso también tiene que ver con la personalidad. Yo creo que hay que entrenar mucho la mente para jugar. Debe haber un tenista que juegue mejor que Federer, pero está 500 en el mundo. ¿Sabes por qué?, porque no tiene la cabeza de Federer.

¿Y Nadal?

Un monstruo. Nadal te mira y te dice “mirá que te voy a ganar”…

¿Ganaste dinero?

Al principio la ponía mi viejo. Después, cuando tenía 15 o 16 años y me fui a Buenos Aires, me pagaba la Asociación porque era 1 en el país. No te creas que cualquiera gana dinero. Fijate Podoroska. El año pasado se debe haber gastado como 100.000 dólares, iba a los torneos y perdía en primera fase o en segunda. Recién debe haber ganado algo en Roland Garrós, pero mirá que Roland Garrós te quita el 30 por ciento. Además, hay que pagar al entrenador, hoy se viaja con el equipo. Tiriac le sacaba el 50 por ciento a Vilas, pero le conseguía todo, hasta los sponsors.

¿No pensás que hubiese sido justo para el tenis argentino que la Copa Davis se haya ganado en el 81, cuando perdieron Vilas y Clerc contra Estados Unidos?

¿Sabés una cosa? Para mí, era en Mar del Plata, en la final contra España. Del Potro y Nalbandián no se llevaban bien, igual que Vilas y Clerc. Pero me parece que se cargaron de responsabilidad. Como no venía Nadal, se pensó que el partido estaba ganado. Fue un gran error. Ahí estuvimos más cerca. En el ’81, Vilas y Clerc perdieron el partido de dobles contra McEnroe-Fleming, que era la mejor pareja del mundo y en la superficie rápida que a ellos les convenía. No era fácil. Sólo digo una cosa: en el quinto set, no entiendo por qué empezó sacando Guillermo y no lo hizo Batata… El que saca primero es el que define. Y así debió ser… Clerc era mejor.

14.10.2020. Tenis. Fernando Dalla Fontana

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JOSÉ LUIS CLER Y DALLA FONTANA.- 10-7-07.- FOTO M.PARDO

JOSÉ LUIS CLER Y DALLA FONTANA.- 10-7-07.- FOTO M.PARDO

Por Enrique Cruz

Fotos diario El Litoral

 

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