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28 de diciembre de 2020

Malena Guinzburg: «No concibo la vida sin humor»

La hija del recordado periodista y conductor Jorge Guinzburg es una encumbrada humorista. En entrevista exclusiva opinó sobre la solidaridad, el compromiso con instituciones sin fines de lucro, la inclusión de las personas con discapacidad y los límites del humor.

 

Por talento y simpatía, Malena Guinzburg se ganó un lugar en los medios. A tal punto que llegó a estar en «Bailando por un sueño». En la actualidad es una encumbrada humorista. Cada espacio, cada proyecto la enamora con sus particularidades. «La espontaneidad es mi fuerte», afirma la integrante del staff de «Basta de todo», el programa de FM Metro 95.1 que el 18 de diciembre se despidió de los oyentes luego de 20 años en el aire.

Ya desde muy pequeña, Malena, la segunda de cuatro hermanos e hija del recordado periodista y conductor, Jorge Guinzburg, estudió teatro. Y cuando todo indicaba que se iba a dedicar a ser actriz, dio un giro. Porque decidió acercarse a los sets televisivos y estudios radiales. Primero, tímidamente, desde el detrás de cámara, y luego de cara al público. «No sé si tengo una fecha de debut laboral, porque fui haciendo muchas cosas. Lo que sí recuerdo que, como productora, comencé en ´El ventilador´, atendiendo los llamados de los oyentes», rememora la acuariana refiriéndose al ciclo radial que conducía su padre junto a Adolfo Castelo, Carlos Ulanovsky, María O’Donnell y Gabriela Radice. «El salto más profesional fue cuando empecé a trabajar como co conductora en ‘Sarasa’, junto a Ronnie Arias, en FM 100», admite orgullosa a CILSA y la Gente.

 

Malena, ¿la solidaridad, qué lugar ocupa en tu vida? 

La solidaridad es una cosa súper importante. Con lo cercano y lo no cercano. Parece una frase hecha. Pero cuanto más das, más satisfacción recibís. Resulta egoísta decirlo de esa manera. Pero es muy bueno. Siento que son cosas que no me gusta hacerlas públicas. Porque me parece que pierden un poco de valor. Pero a veces con algo mínimo digo, aportando dinero a una fundación, por mes, ayuda mucho. También con pequeños gestos a gente que está cerca. 

 

Tu padre fue muy solidario. Lo comprobé personalmente, porque lo invitaba siempre al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y el solo me preguntaba ‘qué día puedo ir’… ¿Qué valores te enseñó Jorge y tu madre? 

Mi viejo fue absolutamente solidario. No solo con el Hospital de Niños, sino que tenía un hogar en Córdoba. Junto a Daniel Comba y Carlos Bianchi crearon la Fundación ´Por un mundo mejor´, dedicada a sostener la obra de la monja Theresa Varela, a quien ayudaron a construir en 1999 una casa para albergar a chicos sin recursos en la localidad de San Marcos Sierra. Creo que esos son valores con los que se ve mucho más con el ejemplo que, con lo que te puedan decir. Se aprende viendo más que alguien te diga ‘tenés que dar’. Tengo muchos amigos que, junto con sus hijos, cada vez que reciben un juguete tienen que dar otro que ya tenían. Como un intercambio. En definitiva, de mis padres, aprendí un montón de valores.  

 

Comenzamos un nuevo año y seguimos en pandemia. ¿Considerás que el humor es una buena vacuna para aplicarse periódicamente? 

En algún momento, pusieron de titular, y no me sacaron de contexto, en una nota que me hicieron: ‘el humor salva’. En verdad, no concibo la vida sin humor. Hay gente que no lo tiene, en lo cotidiano. Cuando me topo con una persona que no tiene sentido del humor, siento que hablamos distintos idiomas. De verdad, lo digo. Hay algo que falla en la comunicación. No sé cómo manejarme con gente que no tiene sentido del humor. No lo digo ni me siento superior. Reitero, hablamos distintos idiomas. Y sí, para mí, el humor salva de todo. 

 

¿En esta etapa difícil hay involucrarse y ser solidarios?

Siempre hay que ser solidario y pensar en eso. A veces hay noticias que llaman mucho la atención. Por ejemplo, una inundación. Todos salimos a dar. Pero cuando se va el agua de las casas, al igual que los medios de comunicación, llega la peor parte. Ahora está la pandemia. Pero todo sigue y trae consecuencias. Al respecto, tenemos que estar más atentos.  

 

¿Es importante que los famosos den su granito de arena a instituciones benéficas? 

Todos tenemos que dar un granito de arena. Los famosos y los no famosos. Todo el que pueda. Hay que encontrar la manera de ayudar. Hay veces, que uno no puede dar dinero. Pero se acude a la persona que necesita y se charla. Con la Fundación SÍ tengo mucha relación. También con la fundación Fátima, que todos los años hacen eventos, si puedo ayudar, desde actuar, juntar plata o hacerlo visible. Yo desconfío del famoso que todo el tiempo está mostrando y diciendo «mirá cómo ayudo». Pero si sirve para más gente ayude, bienvenido sea. 

 

A menudo, en todos lados, se habla de inclusión. ¿Pensás que las personas con discapacidad son incluidas en la actualidad? 

No tengo a nadie muy cercano. Para decir sí o no. De todas maneras, creo que actualmente se habla un poco más. Me lo dicen amigos que, si tienen cercana a una persona con discapacidad. Por eso creo que estamos muy lejos de que haya una inclusión completa. 

 

HUMOR, EVOLUCIÓN, LÍMITES Y MENSAJES DISCRIMINATORIOS

¿Cuáles son los límites del humor? 

Para mí, el único límite del humor es que el chiste sea bueno. Siempre digo lo mismo. Se puede hacer humor con todo. Absolutamente con todo. Hasta con las temáticas más sensibles. Pero lo que tiene que ser bueno es el chiste. Con humor podés muchísimo más que con una manera seria. 

 

¿Qué pasa cuando el humor esconde mensajes discriminatorios? 

El humor discriminatorio pasó de moda. No podemos decir ‘nunca hubo o nunca fue gracioso’. Nos hemos reído de chistes discriminatorios. De la manera que sea. Pero se ha hecho mucho humor con características físicas. Yo hice ese humor. Pero cargándome a mí misma, más que a otros. Me parece que ya no causa gracia. Pero sí es algo que tenemos muy metido en el ADN y que, así como nos estamos deconstruyendo en un montón de cosas, también en humor discriminatorio. 

 

¿Cómo va cambiando el humor? 

El humor va cambiando al igual que la sociedad. Los chistes machistas, por ejemplo. Hay gente le seguirá causando gracia. Pero hoy escuchas ese tipo de chiste y te provoca ruido. Creo que como va cambiando la sociedad, va cambiando el humor. 

 

Por último, ¿en qué proyectos y trabajos estás embarcada? 

Estoy en un montón de cosas. 2021 es muy incierto. Pero laburando con el stand up  ‘Las chicas de La culpa’, que somos Connie Ballarini, Fernanda Metilli, Natalia Carulias, Dalia Gutman y yo. Con ellas metiendo proyectos.

 

Por Juan Ignacio Penlowskyj
Fotos Malena Guinzburg

Malena Guinzburg

Malena Guinzburg 3

Malena Guinzburg 9

Malena y su padre Jorge-Guinzburg 1

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