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25 de agosto de 2020

Parapente en Argentina, alegría desde el aire

Un deporte de aventura que se realiza con instructor profesional en vuelo biplaza. Brinda el placer de volar y apreciar destinos maravillosos desde la altura, mezcla de serenidad y adrenalina. Para cuando podamos volver a viajar, algunos sitios donde practicarlo.

 

Córdoba
En el camino de Punilla, puntualmente en La Cumbre, hay un sitio ideal para volar en parapente y se llama Cuchi Corral. Se halla entre el cordón de las sierras grandes y las sierras chicas, a 400 metros sobre el Río Pintos.
Se accede por la Avenida San Martín, cruzando la ruta nacional N° 38, y luego un sendero de ripio de 8 kilómetros conduce hasta un hermoso paraje. Predominan árboles autóctonos como quebrachos y molles, un balcón natural que los pueblos originarios utilizaba para sus rituales.
Los que más saben cuentan que las térmicas (las corrientes de aire caliente ascendentes) son las encargadas de elevar el parapente y hacerlo desplazar.

 

La Rioja
Hay dos sectores en la provincia donde volar en parapente. Una de las pistas para el vuelo es en el área de Puerta de la Quebrada, que se ubica a 7 kilómetros de la ciudad capital. Su rampa de despegue se sitúa en el Cerro de la Cruz. Se puede practicar todo el año, el período ideal va de octubre a marzo. Momento en que las térmicas posibilitan conseguir alturas más altas.
El otro punto queda a media hora de la ciudad de Chilecito, en Cuesta Vieja. Los instructores esperan con arneses y cascos a todas las personas que quieran volar por esta bellísima zona. La rampa se sitúa a 1.550 metros sobre el nivel del mar, ubicada en una cadena montañosa intermedia, denominada El Paimún, entre la Sierra de Velasco y el Cordón del Famatina. Desde el aire se aprecia la Sierra de Velasco y la famosa Ruta Nacional N° 40. El clima semidesértico de montaña, varios días de sol y poca humedad, contribuyen al desarrollo de las corrientes térmicas.

 

Río Negro
Por la Ruta Nacional N° 40 se accede a la plataforma del desafiante Cerro Piltriquitrón, ubicado a 5 kilómetros del centro de El Bolsón. Allí se dan las condiciones de los vientos y las corrientes térmicas adecuadas para los vuelos biplaza, en donde un instructor acompaña a la persona que recién se inicia en esta aventura.
En este lugar tan increíble se pueden practicar los vuelos semilla, adaptados para personas con discapacidad. Durante la travesía se aprecian hermosas vistas del Lago Epuyén, Lago Puelo, los bosques y chacras de la Comarca Andina. La época más linda para volar es en verano cuando las corrientes ascendentes son más frecuentes.
En la misma provincia, San Carlos de Bariloche ofrece vuelos de bautismo en el Cerro Otto y suelen durar alrededor de veinte minutos. Se disfrutan panorámicas de la Cordillera de los Andes, el Cerro Tronador y Playa Bonita.
Una fabulosa experiencia para todas las edades que se realiza todo el año. Puede suspenderse por fuertes vientos o nevadas intensas.
Cabe señalar que San Carlos de Bariloche cuenta con numerosos sitios Distinguidos en Accesibilidad.

 

Por: Ministerio de Turismo y Deportes
Fotos Bariloche: EMPROTUR Bariloche.
Fotos La Cumbre: Secretaría de Turismo de La Cumbre.

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