Los desafíos y expectativas puestos en el retorno a la presencialidad. El trabajo de los equipos.

 
 
Usualmente, el inicio de marzo representa el regreso a las clases de los niños, niñas y adolescentes que forman parte de los espacios “Un niño, un futuro” de CILSA. En este año, el tercer mes de 2021 está impregnado de protocolos de prevención.
 
Las acciones de la ONG destinadas a la niñez tienen su esencia en el territorio. Por ello, se comenzaron a realizar
entrevistas a las familias para conocer su opinión en relación a una posible vuelta a los espacios: qué aspectos tener en cuenta, qué extrañan y cuáles son sus necesidades.
 
Por otra parte, continúa la presencia en actividades comunitarias impulsadas por otros actores barriales. Tal fue el caso de la creación de un mural en el barrio Autódromo de Mar del Plata.
 
 

LAS VOCES DE LOS NIÑOS

Los protagonistas de los espacios, es decir, los niños y las niñas fueron consultados sobre el posible regreso. Expresaron que extrañan los desayunos y las meriendas, los juguetes, las actividades en los patios, las personas que integran los equipos de educadores así como los talleres de música, arte y películas.
 
Además, contaron que les gustaría continuar con las propuestas que hicieron durante el aislamiento: adivinanzas, retos, sopas de letras y dibujos.
 
Con el respaldo de más de 20 años de labor en las comunidades barriales, los equipos de CILSA están planificando y adaptando actividades para el ansiado reencuentro presencial. Acompañar las trayectorias continúa siendo la constante. El enfoque: los territorios de la niñez, más conocidos como los juegos.