23 de junio de 2020
Alicia Boscatto, aquella «sirena» de la pileta
Se cansó de ganar trofeos y menciones honoríficas. Fue una de las nadadoras de pileta más importantes del país. Es cordobesa, aunque «adoptada» en Santa Fe.
Alicia Boscatto es cordobesa, pero su desarrollo deportivo se dio en Santa Fe. Fue campeona argentina en 26 ocasiones, cuenta con 14 medallas de oro y 2 de plata en certámenes sudamericanos; 4 doradas, 3 plateadas e igual número de bronce en la Copa Latina.
También obtuvo en dos ocasiones la Copa «Nativa» en Portugal (1982 y 1983) y finalista «B» en las Olimpíadas de 1984 en Los Ángeles. Durante cinco temporadas obtuvo el Olimpia de Plata otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires (en 1981, 1982, 1983, 1984 y 1987); 3 años más tarde recibió el Premio Konex de Platino.
En 1993 fue Campeona Sudamericana de Natación Masters en 50, 100 y 200 metros pecho. Ingresó también al hall de la fama de la natación. Su perseverancia en un deporte individual, de mucho sacrificio, hizo que llegara a convertirse en una nadadora top a nivel país. En junio, Boscatto cumplió 60 años y su nombre –junto con su trayectoria- permanecen vigentes y en la memoria colectiva.
Seguramente quedará en el recuerdo aquella Semana Santa de 1982. En esa ocasión se disputó la «Copa Latina» en el Parque Presidente Sarmiento de la ciudad de Buenos Aires con un natatorio colmado de aficionados, en pleno ataque de las fuerzas británicas sobre las Islas Malvinas ocupadas por los soldados argentinos.
Por primera vez en la historia de la natación nacional, Argentina lograba acceder a una medalla dorada en la primera jornada. La mejor marca técnica femenina de la competencia coincidió con una de las preseas de oro que alcanzó Boscatto en los 200 metros pecho, con un coeficiente de 95,19 por ciento. Resulta inolvidable aquel equipo argentino conformado por 11 varones: Martín Bellavita, Adrián Cejas, Julio César Falón, Edgardo Fernández, Fabián Ferrari, Daniel Garimaldi, Fernando Giacaglia, Luis Juncos, Alejandro Lecot, Conrado Simón Ceferino Porta y Carlos Roldán, y 10 mujeres: Alicia María Boscatto, Alejandra Broglia, Cecilia Cuffini, María Duarte, Marcela Fernández, Claudia Gargano, Rosanna Juncos, Cinthia Perazo, Laura Pigliacampo y Virginia Sachero.
El diario La Nación señaló aquella vez que «por primera vez en la historia de ese trofeo por el cual compiten equipos de España, Italia, Francia, Brasil, México y Portugal, un deportista argentino ganó brillantemente una prueba. Fue la nadadora Alicia Boscatto, quien se impuso en los 100 metros estilo pecho con 1′ 12″ 56/100, marca que mejoró su propio record sudamericano y argentino para esa distancia». Más adelante, señaló que «esa carrera, donde venció la Boscatto, tuvo una intensidad y emoción sin límites. Al llegar a los 50 mts., la italiana Simona Brighetti dio la vuelta con cinco metros sobre la argentina; la ganadora poco a poco se fue aproximando a su rival y luego de ponerse cabeza a cabeza la rebasó en los últimos 20 metros, para finalmente ante el sostenido aplauso de los espectadores, terminar la prueba con más de un segundo de diferencia».
«Alicia, la Grande», tituló El Gráfico, con el siguiente relato: «Alicia María Boscatto, 21 años, oriunda de la ciudad cordobesa de San Francisco, temperamental, símbolo del esfuerzo». «Desde noviembre del ’80, cuando llegó a Santa Fe, no paró de entrenar. Quince mil metros todos los días, descansando los domingos; sacá la cuenta y fijate la cantidad de kilómetros que nadó. Hay mucho sacrificio detrás. Estoy muy contento por ella, se lo merecía», dijo Raúl Strnad, su eterno entrenador en el club Gimnasia y Esgrima de Santa Fe.
Hay una anécdota que la pinta de cuerpo entero. En una de las tantas sesiones de adiestramiento entre 1977 y 1980, Strnad la exigió a tal punto, señalándole que de acuerdo a sus condiciones naturales y para asistir a una importante competencia internacional, debía realizar 7 «piques» en 2 minutos 43 segundos.
A su término, al comprobar que no había podido obtener dicho registro, salió de la piscina, recogió la toalla y se fue al vestuario. Allí mostró su impotencia, frustración y dolor, llorando en forma desconsolada. Tras ello reaccionó y reapareció en la pileta, mostrando su fuerte temperamento y vergüenza deportiva. Se lanzó a las aguas, e hizo 2,40 minutos.
Recibió el premio Konex de Platino, ingresó al Salón de la Fama mundial y hoy espera que la pandemia le permita volver a la normalidad con su escuelita de natación en la localidad de San Jorge, provincia de Santa Fe.
Por Enrique Cruz
