El oriundo de San Salvador de Jujuy culminó sus estudios de la Licenciatura en Trabajo Social acompañado por una beca de CILSA. Reflexiones sobre su proceso y planes a futuro.

Raúl Facundo Salva tiene 33 años y es de la ciudad de San Salvador de Jujuy. En junio se recibió de Licenciado en Trabajo Social por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. De este modo, se convirtió en el primer egresado de la carrera inaugurada en 2015.

Debido a su diagnóstico de osteosarcoma de tibia, en 2013 atravesó la amputación de su miembro inferior izquierdo. “Eso me llevó a transitar por las diferentes áreas de servicio social de las distintitas instituciones y organizaciones en busca de poder hacer más amena la nueva situación que se me presentaba. Buscaba elementos que me permitan desarrollar mi cotidianeidad”, recordó.

Esa búsqueda, lo llevó a inclinarse por la carrera que escogió a fin de “formarme en una profesión que contribuya a la generación de procesos sociales, colectivos y personales, entendiendo las dificultades que por ahí presenta la sociedad a los distintos colectivos humanos”, explicó el jujeño.

Acompañamiento de CILSA
Al final del primer cuatrimestre cursado, vio una publicidad de CILSA y decidió ponerse en contacto con la ONG, puntualmente con su Programa de Becas de Educación Superior. “La manera en que CILSA contribuye con este programa a los miles de estudiantes en situación de discapacidad es sumamente importante, ya que muchas veces nos encontramos con miles de barreras en la cotidianeidad de nuestras vidas”, destacó el jujeño que tiene ocho hermanos.

En relación a su experiencia personal dijo: “significó mucha contribución en mi proceso de formación. Logré tener materiales de estudio, como así también superar distintas situaciones que emergen de la vida cotidiana. Y más allá de ser un estímulo económico, sentís que hay alguien que se interesa por ese camino que iniciás, hay alguien ahí que quiere que te vaya bien. También adquirís cierto grado de responsabilidad ya que los objetivos que se plantean desde el programa contribuyen a ir avanzando en la consecución de esa meta tan anhelada que todo estudiante universitario desea alcanzar cuando inicia sus estudios”.

Proyectos como profesional
“Estar recibido significa muchísimo. Lo veo como una manera de agradecimiento a mi madre que siempre me acompañó, a pesar de no tener sus estudios primarios completos”, contó conmovido Facundo.

“En lo personal significa demostrarme que pese a todas las circunstancias que surgieron en mi vida, cada vez que me propuse algo pude lograrlo, con el apoyo de la gente correcta. Significa que más allá de haber adquirido una discapacidad pude transformarla en posibilidad”, reflexionó.

En relación a sus proyectos a futuro, reveló que piensa matricularse en el Colegio de Profesionales de Trabajo Social para poder insertarse en el mercado laboral y “poder contribuir a la generación de procesos que permitan superar las distintas situaciones problemáticas de los actores sociales con los que se interviene”.

En tal sentido sostuvo: “poder acceder al mercado laboral me permitirá mejorar mi calidad de vida y la de mi madre”. Finalmente, señaló que le gustaría seguir especializándose en los temas que hacen a su profesión y que son de su interés.

A través del Programa de Becas de Educación Superior, CILSA acompaña a más de 470 jóvenes y adultos con discapacidad con la premisa de promover su ingreso, permanencia y egreso a la educación superior y su inserción al mundo laboral y profesional en mejores condiciones de empleabilidad. Más de 180 finalizaron sus proyectos académicos.