Recibió una silla de ruedas en el Complejo Polideportivo «Juan Leonardo» Vega el 28 de agosto.

Nació el 23 de diciembre de 1977. Cinco meses más tarde, su mamá se dio cuenta que no se sentaba ni enderezaba su cabeza. Por este motivo recurrió a su pediatra, quien la derivó a una neuróloga, la Dra. Mantaras, del Hospital José María Cullen.

De muy bebé, Ana Laura, fue a vivir a barrio Los Troncos que está situado al norte de la ciudad, un barrio carente de colectivos, asfalto, agua corriente, etc. Mucho sacrificio hizo su mamá, que caminaba treinta cuadras con Laura alzada para llevarla al transporte que la esperaba en Avenida Blas Parera. Con solo diez meses y hasta la edad de ocho años, la pequeña fue derivada al Hospital Vera Candioti para su rehabilitación, ya que le fue diagnosticada parálisis cerebral.

Anteriormente, cuando cumplió seis años, empezó en la escuela especial Dra. Sara Faisal. Desde ese lugar la retiraba un transporte que la dejaba en CILSA, institución que cobijó a Ana Laura muchísimos años y en la cual hizo actividades que la condujeron a ganar premios como ser su participación en torneos de alto rendimiento en la ciudad de Buenos Aires ganando trofeos en silla de ruedas.
En CILSA desarrolló una actividad deportiva que la llevó a destacarse en distintas áreas y torneos, es allí  en esa institución que siendo integrante  cumple sus 15 años  los cuales  fueron festejados  en un marco de amor  junto a amigos, compañeros de actividades y familiares.
A los veinte años fue premiada por el Rotary Club por su trabajo en computación con tarjetas navideñas. Además recibió el premio a la excelencia humana el 17 de noviembre de 1999 por la trayectoria y el esfuerzo de superarse diariamente.

Realizó artes marciales en el Colegio Don Bosco eligiendo kung fu y participando en muchos campeonatos en la ciudad de Rosario. Terminó la primaría en la Escuela Drago y actualmente está en el Centro de Día Padre Mario Pantaleo.
Una síntesis de un ser especial que lucha por ser cada día mejor.

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