fbpx

Programa Nacional

Educación

Nacional

2 de mayo de 2022

Oportunidades que abren puertas

Venció el desarraigo y logró obtener su título universitario gracias al apoyo y la beca de CILSA. Experiencias laborales y proyectos a futuro.

Leonardo Díaz es abogado, egresó de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en 2019. Oriundo de Nogoyá, Entre Ríos, decidió entrar al mundo de las leyes inspirado por su hermana, quien había ingresado a la misma casa de estudios años anteriores.

“Había escuchado sobre el trabajo que hacía CILSA porque llegaban donaciones de elementos ortopédicos para bancos, centros de jubilados y demás instituciones de mi pueblo”, explica. Recordando sus primeros pasos, cuenta que fueron sus compañeros quienes le indicaron que existía un Programa de Accesibilidad Académica. “Los chicos del Centro de Estudiantes me dijeron: ‘vos podés acceder a una beca.”


En 2011 se contactó con el Programa de Becas de Educación Superior de CILSA, donde encontró diferentes oportunidades para abrirse camino en su formación. Mantuvo un diálogo constante con los referentes de la ONG, quienes se interesaban por cada paso que daba. Propuestas de cursos y consultas por accesibilidad y material de estudio, eran los asuntos de los mails que recibía Leonardo todas las semanas en su correo electrónico. La confianza se fue cosechando a raíz del apoyo diario.


En relación a su tránsito como universitario, el joven de 36 años remarcó que se encontró con los mismos desafíos que enfrenta cualquier estudiante que se va a estudiar a otra ciudad. “Dificultades respecto a la discapacidad, no encontré. Desde chico trato de adaptarme al medio en el que me desempeño. Intento poner lo mejor de mí para no sufrir ninguna diferencia”, contó.

En busca de oportunidades
Llegado el momento, Leonardo comenzó con la búsqueda de una pasantía que le dé experiencia y que, en definitiva, le brinde una oportunidad laboral. “CILSA tuvo un papel muy importante. Siempre me estaban llamando o me alentaban a que me anote. Hacían énfasis en que había un cupo para las personas con discapacidad”, recordó sobre esa instancia.


Su primera práctica profesional no tardó en llegar, cuando una docente de la facultad le ofreció realizar su práctica en un organismo público dependiente del Ministerio de Justicia de la Provincia de Santa Fe. Además de ello, tuvo la posibilidad de vincularse con estudios jurídicos santafesinos, a través de los convenios que facilitaba la universidad y el nexo con la ONG.

Enfrentar el desarraigo y los prejuicios
Cuando Leonardo rememora la recta final y las personas que le posibilitaron llegar hasta allí, recuerda su crianza en el campo y la posibilidad de estudiar afuera. “Imaginate tener 10 años, tener una discapacidad y estar yendo a una escuela de campo. Concluir el secundario ya era un logro. Imaginate poder avanzar a un grado universitario. Yo no lo me lo hubiera esperado. Si me preguntaban, yo decía: ‘no, no creo
llegar
’”, expresó.

Con un futuro prometedor, el flamante profesional reflexiona sobre el ámbito laboral y afirma que “una oportunidad puede cambiarlo todo”. Considera que se ha mejorado mucho en políticas de accesibilidad en los espacios, pero que se necesitan revisar otros aspectos. “Es muy difícil que una persona ciega entre a trabajar en un lugar privado, porque no cuenta con una computadora con lectores de pantalla o las herramientas que necesita para poder trabajar”, manifestó.


Y en relación a lo que debe cambiarse para que más personas con discapacidad tengan una oportunidad, expresó que “las instituciones creen que la inclusión es poner una rampa en la puerta, en vez de generar desde adentro programas más profundos. Una persona puede necesitar apoyo o una asistencia de parte de la institución”.


Leonardo sueña con litigar para poder trabajar de forma independiente. A punto de obtener su matrícula y trabajando de asistente en un estudio jurídico, desea seguir formándose en su profesión y asentarse en su Nogoyá natal. Pero antes de seguir delineando un futuro, compartió un mensaje a quienes desean iniciar un camino en la universidad y en el mundo laboral: “Hay que tener ganas y apoyo familiar. El acompañamiento a nivel institucional, lo van a tener. Me encontré con personas y lugares que me dijeron: ‘acá te vamos a ayudar, acá podés venir ‘. Soy un agradecido de lo que CILSA me ha dado”.

Translate »
Ir al contenido