Valentina tiene ocho años, es la quinta de seis hermanas, y vive con ellas y con su mamá en la vecina ciudad de Santo Tomé. Poco después del año y medio su mamá Alejandra empezó a percibir que se movía con poca fuerza y con los pies un poco diferentes a los de sus hermanas. Fue así que en un control con el pediatra la derivaron a un traumatólogo y un neurólogo. Luego de varios estudios le diagnosticaron Atrofia Espinal de segundo grado, una enfermedad genética que va atrofiando los músculos.
El viernes 26 de abril recibió por segunda vez una silla de ruedas en la entrega mensual que se hizo frente a la Basílica de Guadalupe. Alejandra, su mamá, llegó a CILSA por la sugerencia de una asistente social del SAMCO de Santo Tomé. Con este nuevo elemento Valentina puede retomar su rehabilitación en el Hospital Vera Candioti e ir a la Escuela Normal donde está cursando 3º grado.
Valentina es una persona muy tranquila, cariñosa y muy cuidadosa de sus cosas, aunque un poco tímida. Le encanta dibujar, pintar y hacerle ropa a las Barbies, por lo cual sus hermanas mayores le enseñaron a coser. Es muy sociable y en la escuela todos los chicos están pendientes de ella. A pesar de que sufre de problemas respiratorios y de que no sale mucho, Alejandra le enseña a su hija que hay que disfrutar todo el tiempo.

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