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Programa Nacional

Elementos ortopédicos

Mar del Plata

21 de febrero de 2016

Chapadmalal 2016

Algunos no conocían el mar, otros nunca habían podido acceder a este tipo de sillas y otros ya sabían de qué se tratada, tras haberla vivido el verano anterior.  Todos ellos pudieron disfrutar del agua y la playa en las sillas anfibias gracias a la acción de CILSA junto al Ministerio de Turismo de la Nación.

Personas con discapacidad de las provincias de Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y Buenos Aires estuvieron presentes y tanto ellos como sus familiares y amigos relataron la experiencia.

Además, participó de la ocasión el Presidente de la Asociación Chaqueña de Deportistas Ciegos, Sr. Oscar Herrera, quien se encontraba junto a 40 deportistas y artistas con discapacidad visual, quienes intercambiaron experiencias y sensaciones con el personal de CILSA. Estas personas tuvieron la posibilidad de entrar en contacto directo con la silla, pudiendo conocerla tridimensionalmente e identificar sus partes. Todos los presentes destacaron la importancia de que esta acción de CILSA pueda replicarse en otras playas de Chapadmalal y también extenderse en todas las localidades costeras.

Testimonios

Adriana y su hija Belén de 22 años, concurren a estos hoteles desde hace 15 años, han recorrido estas playas, aunque recién desde el año pasado, cuentan con la ayuda de Jano y Fabián para trasladarse hasta la playa con su silla y de ingresar al mar, mientras Belén junta coraje día a día para ir perdiendo el miedo que le provocan las olas del mar. “Hace años que veraneo en Chapadmalal, con mi hija “especial”, Maria Belén. El lugar es hermoso y gracias a CILSA desde el año pasado, muchas personas con “capacidades diferentes” pudieron ingresar al mar con las sillas anfibias. La labor humana de los asistentes, Jano y Fabián, es incondicional. Su desempeño es invaluable. La entrega de ellos por ayudar a la gente a acceder al mar es única”, cuenta Adriana.

“Mi nombre es Patricia, tengo una madre que está a días de cumplir 80 años, que se llama Agustina. Lo que están haciendo estos increíbles ángeles, para mí, es permitirle a las personas grandes o con discapacidades diferentes disfrutar junto a sus seres queridos o disfrutar solos de algo tan apreciado como son las playas y de la energía que nos tira el mar. Ojalá que estas acciones sean más masivas y todo el mundo pueda conocerlas.”

Silvia es una mujer de, aproximadamente 50 años, integrante de la Asociación Chaqueña de Deportistas Ciegos que tiene movilidad reducida y se traslada con bastones canadienses. Se mostró inmensamente agradecida por tener la posibilidad de acceder a la costa, a la orilla del mar, en la silla anfibia. “Gracias por permitirme tocar el agua del mar”, dijo.

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