El usuario cordobés compartió su historia de vida en la entrega gratuita de elementos ortopédicos realizada el 28 de diciembre en el Club Municipalidad.

                                                    
                                                                   
«Soy de Córdoba capital. De niño viví por barrio San Vicente hasta los 3 años. Luego en barrio Zumarán hasta los 6 años y  actualmente estoy en la zona sudeste de la ciudad. Mi padre era matricero y mi madre ama de casa.

Cursé los estudios primarios en una escuela religiosa hasta 6° grado; y debido a buenas notas me recomendaron a ingresar al Colegio Nacional de Monserrat, en donde cursé el secundario y desarrollé múltiples actividades deportivas. 

Luego ingresé a estudiar Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba, pero con motivo de la crisis de 1989, dejé los estudios y me puse a trabajar como cadete, empleado de depósito, vendedor en farmacia y vendedor de autos.

A los 44 años comencé a padecer molestias en la zona inguinal que paulatinamente me perjudicaban la motricidad y necesité asistencia con bastón ; luego de varios  estudios me diagnosticaron necrosis vascular idiopática. 

El primer paso fue reemplazar la cadera izquierda, y a los seis  meses la cadera derecha. Una vez reemplazada la primera volví a  trabajar hasta la segunda cirugía. Posterior a esta, la prótesis se infectó por lo que hubo que extraer y realizar varias cirugías de limpieza, fracturar el fémur derecho y luego de esperar casi un año para volver a reimplantarme la prótesis por lo que durante un año y medio no caminé por medios propios y con el apoyo y fuerza de Marta, mi esposa, salimos adelante.

Una vez transcurrido un tiempo llegó el momento de una nueva intervención para colocar la nueva prótesis. Luego de eso el periodo de recuperación fue pronto por lo que volví al trabajo y a desempeñar nuevamente mis rol como vendedor.

En 2018 decidí concluir aquello que había comenzado en la UNC en 1989, hoy me encuentro cursando 5° año de la carrera de Abogacía. Además, en 2020 me inscribí para cursar martillero y corredor público y licenciatura en historia. 

Gracias a CILSA, y al aporte que realizan sus socios, me ha permitido, mediante la silla de ruedas que me otorgaron poder seguir con estas actividades, dándome la independencia para poder seguir trasladándome de casa a mis estudios de una manera autónoma y con la ayuda de mi esposa que siempre está cuidándome y apoyándome en mis emprendimientos, acompañándome cuando es necesario».                                  

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