Los chicos se divirtieron con diferentes juegos.

Los pequeños compartieron una jornada lúdica donde cada uno conformaba un grupo y elegían un juego para disfrutar. Hubo damas, scrabble y rompecabezas.

En todos estos juegos los talleristas participaron, compartieron y construyeron un espacio colectivo de libertad y recreación. De esa forma, ejercieron uno de los derechos de niños, niñas y adolescentes, que es el derecho al juego.

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