En primera instancia, se les pidió a los niños que traigan fotos de su familia para compartir con sus compañeros. Luego, en ronda, cada pequeño debía contar sobre la fotografía que había traído.
Fue una actividad muy productiva ya que todos los chicos escuchaban atentamente el relato de sus compañeros y de esta manera conocieron un poco más sobre ellos.
Luego de dialogar entre todos, los niños colocaron sus fotos en una cartelera, la cual quedará pegada en el hogar hasta fin de mes.
Se lograron cumplir los objetivos planteados ya que cada uno logro reconocer el valor de su familia y  de sus compañeros por medio del dialogo y la experiencia compartida.