Las aguas de la Laguna Setúbal los esperaban para que disfruten de una jornada distinta, y con la posibilidad de ingresar a ellas para poder así descender la temperatura corporal.

Una vez que el equipo compuesto por docentes y niños arribó, estos últimos rápidamente se dirigieron al agua y jugaron por un largo rato. En grupos, mientras algunos se divertían participando de una instancia en la cual debían hacer llegar un globo lleno con agua hasta un cono color naranja ubicado dos metros antes de las bollas que marcaban el nivel de profundidad, otros hacían lo propio pero transportando, en cucharas, y hasta los mencionados conos, unas bolitas.

Tiempo para fútbol y vóley no faltó: dos horas antes de regresar al hogar, mostraron sus condiciones físicas.