El hogar se vistió de fiesta para festejar sus 8 años de trabajo continuo en el barrio y, para la ocasión, el equipo docente planificó una serie de actividades que los niños pudieron disfrutar.

Hubo música, juegos y dos peloteros donde los niños pudieron recrearse y pasar una bonita tarde entre amigos.

Para renovar el compromiso con el hogar, todos los niños plasmaron su firma en un gran  mural y los más chiquitos pintaron sus manos con temperas.

Apagando las velitas por un año más, niños, familias y docentes renovaron sus ganas y deseos de continuar con este trabajo que tantas satisfacciones nos ha regalado durante este tiempo.