El hogar dio a conocer lo trabajado en 2016.

El 7 de diciembre tuvo lugar en el hogar Béccar la muestra de fin de año, que constituyó un evento importante para la comunidad. Se dieron a conocer las propuestas, estrategias y productos finales desarrollados durante el año. Algunos de los talleres trabajados fueron música, arte, identidad barrial, inglés, juegos y baile.

Para estructurar la muestra se eligió la temática del terror y la decoración del espacio se basó en diferentes manualidades que realizaron en el taller de arte. Durante la jornada se presentaron dos espectáculos: en primer lugar, los chicos estrenaron una obra de teatro que fue creada en base a su imaginación y juegos que disfrutaron en el taller de teatro.

La experiencia del mencionado taller estuvo basada en la dramatización de situaciones que permitieron a los chicos explorar nuevas formas de expresión y probar diferentes roles mediante el juego. Fue un espacio de creación y desinhibición, en el que cada encuentro fue el engranaje de un largo proceso de crecimiento y aprendizaje que culminó en la exposición de fin de año.

En segundo lugar, los niños bailaron la “Canción del esqueleto”, con pasos inventados en conjunto. La danza es parte del ser humano, es una forma más de lenguaje, una manera más que posee el hombre para comunicarse y expresarse a través del cuerpo.

Las familias disfrutaron de las diferentes actividades que se desarrollaron esa tarde, vieron el esfuerzo y el entusiasmo que los chicos tienen por las actividades que llevan a cabo en el hogar de CILSA.

Más tarde se proyectó un video con fotos que reflejaron los momentos transitados a lo largo de todo el año y algunos mensajes de los niños para sus compañeros y docentes, incluso otros se animaron a cantar canciones divertidas.

Para finalizar el evento se entregaron las bolsitas con el cuaderno de apoyo escolar anual y un pequeño obsequio de un lápiz con un duendecito para cada uno; y se compartió algo para comer y beber.

Balance
En 2016 se trabajó con actividades variadas que se intercalaron con recreaciones, libros, manualidades y festejos de cumpleaños. Con mucho empeño prepararon la jornada en la que abrieron las puertas del hogar para compartir las producciones y la alegría de formar parte del grupo.

Las experiencias que dejaron las diferentes consignas y dinámicas permitieron a los niños construir un aprendizaje basado en la cooperación, la participación y la responsabilidad. Por ejemplo, talleres de arte que promovieron la creatividad y el conocimiento de otra forma de expresión. Se crearon espacios lúdicos donde se estimularon las capacidades sensoriales de percepción y pensamiento en los que se exploraron derechos humanos, hábitos saludables y culturales, derecho a la libertad de expresión y el respeto y escucha a sus compañeros.

Se utilizó el juego como vehículo de crecimiento grupal y como recurso didáctico. Así durante 2016 se generó un ámbito de respeto para la libre expresión en el que se contribuyó a que los niños se sientan reconocidos, valorados y aceptados.

13212