Se conjugaron en un proyecto que involucró al hogar Béccar, a la escuela Mariquita Sánchez de Thompson y a la asociación civil Cicodi

En el marco de un proyecto de la asociación civil Cicodi, la escuela primaria N°25 Mariquita Sánchez de Thompson desarrolló acciones solidarias en el hogar Beccar.
Los estudiantes de la escuela decidieron armar espacios de juegos y juguetes con materiales reciclados y artesanales, valiéndose de las herramientas que contaban, para compartir y obsequiar.
El miércoles 6 de diciembre, el hogar recibió a representantes y voluntarios de la asociación civil y de los colegios San Lucas, Marín y San Marcos. A su vez, por parte de Cicodi asistieron jóvenes de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, quienes se presentaron como “Manos que ayudan”. Durante todo el día participaron realizando tareas de mejoras, como pintar muebles y paredes de la biblioteca.
Con la llegada de los alumnos y docentes de la escuela N°25 se abrió el ámbito lúdico producido por ellos mismos. Los niños de Beccar disfrutaron y se divirtieron con las propuestas.
A continuación, se dialogó en conjunto sobre la importancia del cuidado del medio ambiente. Algunos aportes aludieron al uso responsable del agua y a la separación de residuos. Asimismo, se hizo referencia al respeto a los animales y cantaron el rock de “Reducir, reutilizar y reciclar”.
Como cierre del encuentro, compartieron la merienda y se intercambiaron invitaciones para repetir la jornada de juegos. De este modo, los niños vivieron un momento con alumnos de la Thompson, en el que se fomentó el diálogo, el compañerismo y el respeto mutuo. Además, la tarea de los voluntarios se tradujo en mejoras del espacio físico del hogar.
Es así que en el encuentro se unieron los eslabones de una cadena que tenía un solo objetivo: ayudar a otros.

Fundamentación
La jornada surgió en el marco del Proyecto “Objetivos de Desarrollo Sostenible” de la asociación civil Cicodi. La iniciativa conjuga metas ecológicas y problemáticas sociales, tales como la discriminación, pobreza, marginalidad y desigualdad de género.
La propuesta se desarrolló en varias etapas: la primera consistió en acercarse a escuelas. La segunda, invitar a los estudiantes a observar instituciones del entorno y decidir a cuál ayudar. Así la escuela Thompson escogió el hogar Beccar de CILSA.
Durante el encuentro se generaron reflexiones sobre la importancia de construir un modo de vida más respetuoso y en armonía con el medio ambiente. El diálogo en común y la participación de los niños, abre paso a la formación de nuevas generaciones con mayor conciencia sobre las necesidades que atañen a los otros y va construyendo líneas de acción para su modificación en el presente, proyectando un futuro sustentable, solidario y cooperativo.
Por otro lado, estas instancias fomentan el trabajo en red con otras organizaciones y crean lazos más profundos que, a su vez, permiten contribuir a dar respuesta a las problemáticas comunes.
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