Los docentes se proponen acercar a los niños a la lectura, movilizando su sensibilidad y comprensión e impulsando su creatividad.

Desde el Programa “Un niño, un futuro” se busca que los niños encuentren un espacio abierto a la imaginación, en el que descubran, a través de diferentes actividades, el deseo y el placer de aprender. En este sentido, el hogar Morón de Buenos Aires desarrolló un taller de lectoescritura con el fin de proporcionar experiencias diferentes a las cotidianas, en donde la lectura sea principalmente por placer.

Durante la actividad, los chicos investigaron, leyeron, observaron las distintas texturas de diferentes libros que les presentaron los docentes y analizaron cada una de las tramas y temáticas. Luego, seleccionaron las ediciones que más les interesaban, las leyeron y las comentaron con sus compañeros. Por último, cada niño debía imaginarse cómo sería la portada de su libro favorito y dibujarlo.

Con mucho entusiasmo y agrado, participaron cada una de las propuestas.

Fundamentación

Desde muy pequeños, los niños muestran entusiasmo por escuchar historias que les hagan imaginar, soñar o reír. Leer, escribir, observar, hablar, escuchar, pensar, son conductas propias del ser humano; fortalecerlas es un fin primordial de la educación para acompañar a los chicos, generando un pensamiento autónomo.

El objetivo de estas actividades es que los niños despierten a su lector activo, ejerciten una lectura crítica, aprendiendo a dialogar con los textos y utilizando estrategias de comprensión y, de esta manera, desarrollar un criterio personal. Acercar a los chicos a los cuentos movilizando su sensibilidad, comprensión e impulsando su creatividad.

Cuando un niño aprende a leer, descubre un mundo nuevo por sí mismo y, a partir de entonces, el libro se convierte en un gran aliado para acceder a multitud de información hasta entonces desconocida. Estimularlo para que adquiera ese hábito de lectura es una tarea que el hogar busca cumplir diariamente.

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