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A lo largo del año, se vincularon los contenidos de las materias con las problemáticas propias del barrio. Y es por ello que se realizó una adaptación del juego de la oca al que llamaron “la Oca barrial”. El mismo consistía en que los niños para avanzar por los casilleros debían realizar operaciones matemáticas simples y, en casillas especiales, debían contar ¿qué lugares eran “seguros” en su barrio?, ¿hasta qué calles podían transitar? ¿Qué personas ayudan a sus familias? El objetivo era que se hicieran visibles estas realidades propias de su barrio.
La actividad responde al enfoque de la educación popular donde se trabaja a partir de los propios conocimientos de los niños y su entorno para abordarlos didáctica y críticamente, y de esta manera generar reflexiones que posibiliten cambios positivos.
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