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En algunas ocasiones, las necesidades que día a día tiene el hogar, el barrio, no encuentran una rápida solución, por lo que el equipo consideró que era necesario actuar y ver de qué manera se podía subsanar la falta de bancos y mesas que estábamos teniendo.
A raíz de esto, se reunieron con los pequeños y sus familias y decidieron realizar una colecta para comprar maderas varias, martillos, clavos y serruchos con los cuales construir elementos propios.
Luego de jornadas cansadoras pero llenas de satisfacción, no sólo se aprendió un oficio en un clima de alegría y motivación, sino que además se fortalecieron valores como la cooperación, el trabajo en equipo, la creatividad y la paciencia.