Los espacios idearon propuestas para darle continuidad a los aprendizajes escolares.

Reforzar el vínculo entre las familias y las instituciones educativas fue uno de los grandes desafíos en tiempos de pandemia. Con la vuelta a la presencialidad, el Programa “Un niño, un futuro” repensó nuevas estrategias para seguir acompañando el trayecto escolar de todos los niños y niñas que asisten a los espacios de CILSA.

Fue así como nacieron los cuadernos viajeros, una especie de libro álbum con ejercicios para resolver en el hogar y los espacios. Cálculo, lengua y literatura, escritura, arte, alimentación y hábitos saludables fueron algunas de las temáticas abordadas.

Las efemérides también inspiraron actividades como dibujar las partes del DNI para el Día de la Identidad, crucigrama sobre tradiciones, reflexión sobre derechos en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y dinámica sobre mujeres importantes en la vida de cada uno con motivo del 8 de marzo.

Con la idea de “hacer circular”, los cuadernos iban y venían en encuentros y reuniones a fin de dar seguimiento a cada proceso. La cooperación y el diálogo se hicieron necesarios para atender las particularidades y necesidades de cada familia. Así se buscó fomentar la concentración, la lectura, la imaginación, la motricidad fina, lo artístico y la continuidad de las trayectorias escolares.

Presentes para ellos

Liliana mamá de Victoria, participante del espacio de Lanús, compartió una reflexión sobre el proceso de acompañamiento y apoyo escolar: “Quiero agradecer a CILSA por la ayuda que le dan tanto a los chicos como a los padres, no tanto materialmente sino emocionalmente. Si Vicky tiene algún problema, pregunta y la ayudan. Desde el inicio de la pandemia también la acompañaron con el aprendizaje de la lectura, le mandaban cuentos o poemas y ella los leía. Sinceramente agradecida de corazón”.

“Con el cuaderno viajero…”

“…pude resolver problemas matemáticos, también me ayudaron a hacer divisiones de dos cifras”.

“…aprendí a leer. Me gustaron las cosas que nos mandaban para hacer, como pintar sopas de letras”.