Los niños armaron arbolitos y recibieron una visita sorpresa.

El mes de diciembre siempre reviste un encanto especial, se acercan días de celebraciones, reuniones y encuentros. Las familias se reúnen y cada Navidad invita a estrechar los lazos y fortalecer los vínculos.

En Pompeya, el hogar también congregó a grandes y chicos como familia para celebrar. El espíritu festivo comenzó a gestarse semanas antes, cuando niños y profes trabajaron en la confección del arbolito a partir de materiales reciclados.

Llegada la fecha tan esperada, el hogar abrió sus puertas y los chicos fueron recibidos en un espacio especialmente ornamentado para la celebración. La sorpresa fue inmensa y más cuando llegó Papá Noel con regalos.

Luego de una jornada llena de sorpresas y con una visita especial, bailaron, jugaron, compartieron una merienda y recibieron su obsequio navideño.

Así, la Navidad volvió a pasar por el hogar de Pompeya dejando sonrisas y un feliz momento compartido entre chicos y grandes.

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