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En un primer momento, los chicos experimentaron con los materiales a través del tacto, de las sensaciones que causa la crealina, identificando si es fría o caliente, húmeda o seca, las texturas de ambos materiales, para luego compararlos y sacar conclusiones.
En una segunda instancia, se les mostró una lámina con imágenes de cacharros modelados; luego se dialogó sobre el material con el que estaban realizados y quienes los habían hecho, ubicándolos así en distintos espacios geográficos de nuestro país. Además, la docente, llevó para mostrarles un cacharro realizado por habitantes de los pueblos del noroeste.
A continuación se comenzó a moldear la masa y, una vez finalizado este paso, se esperó a que se seque para luego pintar y barnizar, apelando a los gustos y a la creatividad personal de cada uno.
En este taller, los chicos conocieron a través del arte como los pueblos de distintos puntos del país elaboran elementos como platos, mates, botellas, bombillas y bandejas, entre otras cosas, con materiales diferentes a los que se conocen, como son el plástico y el vidrio.
Finalizados todos estos pasos, cada pequeño llevó a su casa con mucho orgullo lo que había realizado.