A través de distintas propuestas, niños y niñas conocen sus derechos en relación a sus entornos.

Crecer en un ambiente saludable y libre de contaminación es un derecho. No obstante, la creciente explotación de los recursos naturales y la degradación de los ecosistemas, generan condiciones ambientales perjudiciales para la salud. En este sentido, muchos derechos de las infancias están directamente relacionados con el medio ambiente.

Por ello la educación ambiental se convierte en herramienta elemental para que todas las personas adquieran conciencia de la importancia de preservar su entorno y sean capaces de realizar transformaciones en sus valores y estilos de vida en pos de la prevención y mitigación de los problemas ambientales existentes y
futuros.

Los niños y las niñas de “Un niño, un futuro” de CILSA participan de diferentes propuestas que ayudan a repensar el cuidado del medio ambiente. Tras los incendios en el Bosque Nativo de las sierras cordobesas, desde el espacio San Vicente de Córdoba hicieron una campaña de concientización sobre la necesidad de su
preservación.

A su vez, durante la “semana verde”, crearon un herbario a partir de hojas secas que lograron recolectar en sus barrios. Luego, las identificaron y las dibujaron en sus cuadernos para reconocerlas. También elaboraron macetas con elementos reciclados.

En el espacio del Polideportivo de CILSA Santa Fe se propuso la realización de eco botellas, es decir, rellenar una botella de plástico descartable con todo tipo de papeles. Además, los niños y niñas escribieron una carta a los gobernantes en relación a medidas para proteger el planeta.

Estas acciones aisladas son pequeñas, sin embargo, pueden ser el punto de partida para generar la toma de conciencia de que todas las personas tienen derecho a vivir en un ambiente más sano.