Participantes de “Un niño, un futuro”, se reencuentran y re vinculan en los espacios de cara a un nuevo ciclo de acompañamiento escolar.

Culminaron los talleres y las jornadas de verano cuyos protagonistas fueron los juegos con agua, los talleres y las actividades lúdicas.

En este marco, los participantes del Programa Nacional “Un niño, un futuro”, se reencuentran y re vinculan, las familias vuelven a afianzarse en cada uno de los espacios, a tomar un lugar participativo y colaborativo. El objetivo se renueva, y el acompañamiento integral a las infancias vuelve a ser eje de trabajo durante todo el año.

Los equipos educativos ofrecen contención en el retorno a las aulas y a clases. Además, por estos tiempos se vuelve una constante retomar conocimientos previos y herramientas cognitivas que permitirán continuar con los aprendizajes.

Los niños y las niñas continúan recibiendo útiles escolares y materiales necesarios para avanzar en su educación obligatoria. Gracias a donaciones de particulares, instituciones y empresas, se distribuyen kits compuestos por cuadernos, lápices, gomas, sacapuntas, cartucheras, mochilas y fibras.

Con estas entregas se contribuye a reivindicar el derecho a la educación, su valor e importancia. Al respecto, desde algunos espacios de “Un niño, un futuro”, sostienen: “conversamos sobre el valor de los útiles entregados, su cuidado y uso adecuado. Cada beneficiario junto a sus familias piensa y escribe los objetivos propuestos para el 2023. Juntos los compartimos y exponemos en una lámina”.

La defensa y promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, se constituye en el punto de partida de cada actividad. Asimismo, se sostiene el trabajo en red junto a escuelas, centros de salud e instituciones barriales y municipales, los cuales apoyan el bienestar integral de las infancias.

KITS

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días entregó 300 kits con útiles escolares a las infancias de “Un niño, un futuro”, y a jóvenes que participan del Programa de Recreación y Deportes de CILSA. Las donaciones se efectivizaron en manos del Elder Eric y Hermana Lorry, matrimonio misionero.