El viernes 13 de noviembre tuvo lugar un taller de concientización en la UNQUI, completando de este modo un ciclo de tres talleres ofrecidos para el personal docente y no docente de la universidad. Sin embargo, al ser una instancia abierta a la comunidad universitaria, contamos también con la participación de estudiantes interesados/as en la temática.

Esta actividad fue organizada desde la Comisión de Discapacidad de la Universidad, la cual compartió que ya son 80 los estudiantes con discapacidad que están cursando distintas carreras en la universidad de modo presencial, sin tener los datos precisos de cuántos son los que cursan en la UNQUI virtual.

El taller se fue desarrollando en tres diversos momentos, el primero dedicado a un trabajo más conceptual, a través del cual los presentes fueron expresando palabras, sensaciones e imágenes asociadas a la discapacidad, y de este modo se reflexionó en torno a mitos y prejuicios. Este primer momento permitió reconocer a la discapacidad como un concepto histórico, dinámico y relacional.

El segundo momento fue dedicado a lo testimonial. En esta oportunidad las referentes de la comisión invitaron a Águeda, una egresada y actual docente de la universidad a brindar su testimonio. Ella es Licenciada en Administración Hotelera y a su testimonio sobre su recorrido académico, le sumó una presentación sobre “Buenas Prácticas”, una reflexión a partir del trato a las personas con discapacidad en el ámbito del turismo accesible. Fue tarea de los presentes pensar sus propias prácticas en el ámbito universitario, desde las claves ofrecidas por Águeda.

Luego compartió su testimonio Carlos, un estudiante hipoacúsico de la carrera de Biotecnología. Su experiencia estuvo centrada en su trayectoria educativa y particularizó en las distintas estrategias que desarrolló para acceder a los conocimientos, como así también las estrategias de enseñanza implementadas por los docentes y el lugar de asesoramiento que ocupa la Comisión de discapacidad de la universidad.

El tercer y último momento del taller fue el vivencial, una invitación a ponerse “en el lugar del otro”, realizando un recorrido en silla de ruedas o caminando con los ojos tapados y utilizando un bastón blanco. Previo a este ejercicio se mostraron las partes de la silla de ruedas, se les enseñó cómo utilizarla y también cómo hacer de guía de una persona ciega, en el caso de ofrecerle nuestra ayuda.

La actividad concluyó con una breve ronda donde los participantes compartieron sus vivencias al ponerse “en el lugar del otro”, y también fueron realizando una evaluación de lo vivido y reflexionado en el taller. En esta instancia se dieron a conocer el Programa Nacional de Becas y Oportunidades como así también la existencia de acciones de voluntariado universitario vinculadas con el tema de la discapacidad.

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