Dicen que “la unión hace la fuerza” y que “cuatro ojos ven más que dos”. Animados en estas frases del saber popular se continuó por el camino de la articulación entre los programas sociales. En esta oportunidad, hay una iniciativa para el presente año que vinculará al Programa Nacional de Concientización con las escuelas de iniciación deportiva, presentes en Buenos Aires (Villa 20 – Lugano, Club Naútico Hacoaj, y en Morón).
Uno de los objetivos del Programa de Concientización es suscitar la creación de entornos favorables para la inclusión de estudiantes con discapacidad en las escuelas comunes. Se hace a través de charlas informativas y talleres donde se trabaja sobre los mitos y prejuicios respecto de la discapacidad. Estas actividades también buscan generar un cambio de mirada que permita reconocer los derechos de la personas con discapacidad y que ayude a ponerse en el “lugar del otro”.
Esta tarea, se realiza en distintas escuelas primarias y secundarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Si bien todas las escuelas están invitadas a ser escuelas “inclusivas”, para que esto no quede en un slogan es necesario trabajar y mucho. La ayuda más grande para esta tarea son los propios niños y niñas que tienen una mirada menos prejuiciosa y abierta a la diversidad que el mundo nos ofrece.
Como todos los años, tras realizar una evaluación se observó que se podían ofrecer los talleres de concientización a aquellas escuelas donde concurren los niños, niñas y adolescentes que participan en las “escuelitas deportivas”. Esta invitación supone un encuentro con las familias para hablar sobre la realidad que sus hijos e hijas viven en las instituciones donde concurren, conversar sobre sus distintas trayectorias educativas y reflexionar sobre las diferentes barreras que se presentan y el modo en que las han podido superar.
Poder llegar a esos espacios y sumar nuestro granito de arena con charlas, talleres y proyectos educativos vinculados al arte, la comunicación y el deporte, fue muy estimulante. Se cree que esta tarea conjunta ayudará a profundizar en una mirada integral que es muy necesaria para mejorar la calidad de vida los niños, niñas y adolescentes y de sus familias. Una de las metas es que, al recibir una silla de ruedas, la persona reciba también la posibilidad de iniciarse en el deporte, de socializarse y, en esta oportunidad, sumarle una propuesta concreta para que su escuela se convierta en un lugar más inclusivo.